En un trabajo realizado en el Imdyr de Futbolistas
Argentinos Agremiados sobre seis deportistas amateurs, pudimos observar esta
patología en el codo y otra similar, a los fines del tratamiento a seguir
debido al dolor y limitación.
En cuanto a la condritis epicondílea, símil a la disecante
de rodilla, fue observada en tres tenistas.
Atribuible a la suma de gestos repetidos en un terreno
deficitario, en cuanto a la irrigación sanguínea, típica del lugar.
Los tres presentaron imagen de condritis positiva en
Resonancia Magnética con contraste y
fueron tratados incruentamente mediante infiltraciones con acido
hialurónico intraarticular, dado que no existió desprendimiento ó rata
articular, y por ende sin bloqueos articulares a la máxima extensión.
Los tres volvieron a la práctica del tenis con observación cuatrimestral y dejando en claro
la posibilidad de artrosis futura.
El cuarto deportista de 17 años es boxeador y practica
largas horas del día en un gimnasio del interior del país. La limitación estaba
generada por dolor al impactar en la bolsa durante las horas de gimnasio.
Mediante RM también con gadolinio pudimos observar que no
estábamos en presencia de una condritis, sino frente a una condrosis típica de
Panner por necrosis aséptica con los bordes del epicóndilo anfractuosos, símil
a una enfermedad de Perthes en cadera.
También el tratamiento fue con ácido hialurónico sin
rehabilitación kinesiológica ni movilizaciones pasivas ó activas. A los seis
meses no hubo cambios en cuanto a deformidades articulares ni formación de
cuerpos libres. En la actualidad boxea indoloro y cumplió 18 años.
Los otros dos son gimnastas dentro de la especialidad
artística.
Ambos presentaron en la fosa olecraniana calcificaciones
romas ó huesecillos accesorios.
Uno de ellos dado que el tamaño del huesecillo era pequeño no interfería la máxima extensión y por lo tanto indoloro. El segundo en cambio al subirse a las paralelas con el codo en máxima extensión el dolor lo hacía declinar. En este caso la conducta fue quirúrgica con extracción del huesecillo en cuestión.
Uno de ellos dado que el tamaño del huesecillo era pequeño no interfería la máxima extensión y por lo tanto indoloro. El segundo en cambio al subirse a las paralelas con el codo en máxima extensión el dolor lo hacía declinar. En este caso la conducta fue quirúrgica con extracción del huesecillo en cuestión.