Las talalgias posteriores ó del talón ó del hueso calcáneo
de nuestro pié, son síndromes con múltiples facetas y las hemos clasificado
dentro de las lesiones microtraumáticas. Luego algunas son producto de un
componente genético en la anatomía del hueso (más puntiagudo en el borde
superior donde se inserta el tendón de Aquiles)
lo que torna más notoria la afección microtraumática en el deportista.
En otras oportunidades son sólo conflictos de fricción,
entre el contrafuerte del calzado frente la cara posterior del calcáneo con
bursitis ó inflamación de una bolsa serosa subcutánea.
Esta zona es rica en bursas serosas que actúan de
amortiguadores ante el impacto y de existir alguna anomalía del hueso en
cuestión como mencionamos anteriormente, la fricción se torna muy dolorosa e impide al futbolista, el uso del calzado deportivo. Por lo tanto no puede jugar
libremente. Allí comienza el problema,
dado que dicha exóstosis ó reborde óseo filoso y aumentado de tamaño del borde
posterior del calcáneo de por si, no tiene valor patológico. Sin embargo, se
constituye en una molestia incapacitante si la posee un jugador de alta
competencia, generada por la suma de gestos repetidos en el movimiento de
despegar el talón del piso, al “arrancar” miles de oportunidades y a través de
los años.
Anatómicamente se observa a simple vista una protuberancia
en el talón algo por debajo y adentro de donde se inserta el tendón de Aquiles
al que se toma como referencia. A la
palpación se encuentra tumefacta, caliente y muy dolorosa cuanto más, si recibe
el roce del reborde del calzado.
A dicha patología ingrata se la ha llamado enfermedad de
Haglund y generalmente es acompañada por un aumento del tamaño de la bosa
serosa ubicada precisamente entre el tendón de Aquiles y la saliente ósea ó
defecto del hueso calcáneo. Ello suma grados de dolor por simple fricción.
En nuestra estadística de lesiones la observé en dos
volantes y un marcador lateral. Las tres fueron resueltas quirúrgicamente con
buen resultado.