Formando parte de las distintas terapéuticas locales en
articulaciones , músculos y ligamentos, las infiltraciones medicamentosas han
sido y lo son un recurso importante en aras de obtención de mejorías y curaciones,
en patologías traumatológicas producto del deporte de alta competición.
Luego como con cualquier otro tratamiento, deberá imperar el
criterio médico de cómo, cuando y cuanto, regla de oro en nuestra actividad
diaria.
Los medicamentos más comunes dentro de los antiinflamatorios
y que se aplican localmente ante una lesión aguda ó crónica, son la conjunción
de corticoides y anestésicos. Productos aprobados y probados en el mundo
entero.
La patología del aparato locomotor cuenta con esta
posibilidad, debido a los alentadores resultados a través de los años.
Sin embargo, el método ofrece riesgos que no desconocemos y
uno de ellos es que se convierta en hábito de uso, además de la
contraindicación que generaría la hipertensión arterial, la diabetes ó la
enfermedad gástrica. Dichas patologías son consideradas por el médico tratante
y a través de la historia clínica del paciente, surge ó no la aplicación
corticoidea.
Nuestra experiencia de 47años tratando lesiones del deporte
indica que el uso de este procedimiento, nos ha brindado muchos más halagos que
penas.
Las atlopatías no son otra cosa que el riesgo profesional al
que están sometidos los futbolistas ó cualquier otro deportista de disciplinas
de alta competición. Riesgo profesional que también lo tiene el bailarín, el
piloto de avión ó el cirujano con respecto al estrés quirúrgico, como tantos
otros riesgos profesionales.
En el mundo actual de la vida en velocidad, reintegrar una
lesión para “ayer” es una posibilidad cierta que ofrece la infiltración con
corticoides. Negar esto es como negar la acción de la computadora.
Simplemente que el paciente elegido para tal tratamiento no
debe padecer patologías como algunas de la anteriormente mencionadas y que el
médico cumpla con el sagrado como, cuanto y cuando. No olvidar que dicho
profesional lleva un historial del jugador del que surge la cantidad de
aplicaciones durante el año deportivo.
El jugador debe ser cómplice del médico en el deseo de
recibir la infiltración dado que la mente del mismo que se sabe en déficit
físico, puede generar más trastorno que éxito.
Por último son escasísimos los casos con deterioros
articulares proporcionalmente con la población de deportistas de elite en el
mundo, que recibieron como tratamiento de alternativa, una infiltración con
corticoides en manos expertas.